La separación tiene una cualidad desestructurante para todos los miembros de la familia. La realidad como era concebida y organizada, tanto psíquica como externamente, debe ser re-pensada y re-definida.

El dolor, el miedo, la tristeza, y por momentos la esperanza, se instalan como la realidad circundante…

Cuando la pareja toma la decisión de separarse, la incertidumbre con respecto al futuro se hace presente con fuerza,  surgiendo la necesidad de  preguntarse sobre cómo será la vida y lo que sigue de ahora en adelante, para organizar la vida personal de cada uno de los miembros de la ex pareja y de los hijos e hijas, en un nuevo modo de seguir siendo familia.

En este proceso, doloroso para todos los miembros de la familia y la ex pareja, que ahora sigue unida en tanto padres, deben elaborar las diferentes pérdidas asociadas  a la separación (redefinir quien soy, la relación con la ex pareja -ahora padre-madre de los hijos en común- la relación con la familia de origen y extensa  y las redes sociales  -colegio, comunidad- etc.) a la vez que reorganizar los  temas administrativo legales que permitirán construir el devenir de la organización familiar post separación, tanto  en el día a día, como en los modos de relacionarse permanentes y futuros.

Preguntas acerca de qué va a pasar a hora, quiénes seremos y si seguiremos siendo familia, son parte del complejo cuestionamiento de la identidad de los miembros de la familia, a propósito de la separación. A estas se le suman  las preguntas  sobre el futuro, junto a otras tan cotidianas como: qué pasará con la casa,  cómo seguiremos ahora que decidimos separarnos, quién se va y quién se queda en la casa y cómo mantendrá el vínculo con los hijos quién se va.  Estas preguntas tienen relación con la necesidad  de la familia de buscar respuestas que otorguen certidumbre y calma, mientras navegan en aguas inciertas y a veces difíciles de responder al enfrentar las primeras etapas de un proceso de separación.

Al observar los modos de organización post separación que las familias llevan a cabo, es posible ver cómo en las diferentes culturas se escuchan y circulan  creencias  explícitas, pero también implícitas, sobre los modos en los que se debería llevar a cabo dicha organización. Maneras que serían las mejores y correctas, y que  incluso supondrían las mejores condiciones para los hijos. Modos que tendrían implicancias en los diferentes espacios sociales, culturales y legales y que serían el marco regulatorio  de las respuestas que los padres escucharían ante sus muchas preguntas.

El que se debe ir de la casa es…

Los niños deben…

La madre es siempre la que…

El rol del padre es…

La mejor organización es..

Las vacaciones y las fiestas deberían…

Además, los modos de repensar la organización familiar suelen estar teñidos por la historia de la pareja, de la separación, así como por los juicios personales y valóricos que se cuelan entre los miembros de la pareja. Creencias sobre lo que es justo, lo que corresponde y lo que se debe decidir en relación a los hijos y los temas administrativo legales, suelen  teñir el contexto en el cual se desarrolla el proceso de separación de la pareja.

En Cooperati creemos que cada familia es única y valiosa y por ende, su reorganización post separación debe ser un traje a la medida.  Creemos que la construcción de acuerdos  que los padres hagan son y deben ser  a la medida de sus necesidades, historia, características y posibilidades. Deben ser producto del diálogo colaborativo entre ellos, respetando  profundamente a cada miembro y, en particular, poniendo a los hijos e hijas en el centro.

Buscamos acuerdos  relacionalmente justos; que honren la historia, los recursos, las dificultades, los roles y las posibilidades de cada miembro de la pareja, ahora unidos en tanto padres. Acuerdos cuyo fin esté  definido por la búsqueda de bienestar para todos y cada uno de los miembros de la familia y no en el de uno por sobre otro. Donde se valoren  e incorporen en las decisiones las diferencias y lo que cada uno pueda aportar y colaborar  por el bien superior de los hijos e hijas  y su desarrollo.

Buscamos ayudar y acompañar a las familias para que puedan llegar a acuerdos sostenibles, reales, amorosos y cuidadosos para los hijos y sus padres, que puedan responder a sus necesidades y posibilidades. Lograr acuerdos que sean contingentes, que respondan al momento presente y que dialoguen con el futuro es lo que nos inspira y convoca, desde las prácticas colaborativas,  incorporando la dimensión psico-juridica, en la toma de acuerdos y resolución de conflictos.